lunes, 18 de febrero de 2008

Obsesión III (más allá del más acá)

Ella veía salir luces de las fronteras de los cuerpos amigos, espejitos de la luz humana/linternas en los ojos, espaldas fosforescentes, dedos oscuros como fósforos recién apagados con saliva/ las luces condensan el pasado con el presente de lo que sufren y desean. Ella desea esos fulgores, cree en lo que sus ojos ven con férrea fe. Los espejitos de su amante ceden a los sueños de su padre muerto y los parlamentos que recita desde más allá de su tumba/quiere creer en la posibilidad del amor así tenga que hacer a hablar un muerto/.
Le dije es hermosa la magia y saber que hay señales discretas para nosotros ahí fuera//los ojos del gato, la retama amarilla// pero aniquilo la creencia y su estética epistolar casi sagrada si preserva lo que está roto, así no la quiero.
Los espejos de los cuerpos estallaron en sus manos. Su historia es una sangría que se mide por decenios.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta la teodora obsesiva!
una belleza los 3 textos!!

emd dijo...

Uy! Teodora! me estás matando últimamente. Ya no sé ni qué decir.

Casi que me estallaron los espejos.

Beso

emd dijo...

Leí esto de nuevo y la verdad que me dejas sin palabras. Quería decirlo, otra vez...

Saludos.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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