Es una lástima que no tuvieran alitas las gallinitas dulces.
En ese momento creo que no pensábamos lo mismo; nos gustaba tener una gallinita entre las manos y privarla del vuelo, solo para acariciar su piel de azúcar. Yo soñaba con un cielo lleno de gallinitas volando atadas con hilos como los barriletes y nosotros como cometas longilíneos.
martes, 11 de marzo de 2008
La gallinita
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
4 comentarios:
Recuerdo esas gloriosas gallinitas.. si es que hablamos de lo mismo.. y su miel dentro??? placer para los dioses.. aunque aún sigo comprandolas.. un placer culpable que me rememora lo mas bello de mi vida.. mi infancia...
dolo querida me hiciste llenar los ojitos de lagrimas.
gracias por este texto tan tierno.
te quierooo!!!!!
hasta los anonimaux mas duros se enternecen con este tipo de cosas
creo q hasta se me escapo algun tipo de liquido salado por los confines de la mirada
adeu
snigh
Muy bonito.
(a mí los ninós ocupando mi lugar en la cola del kiosco me genera un institnto asesino...)
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