En la esquina estaba el perro de siempre, crucé la calle, lo miré como todas las noches y no me miró como todas las noches.
El perro es ciego. O esta noche es todas las noches.
Al señor kiosquero hoy no le lleve monedas para que diera vueltos en vez de caramelos masticables de naranja y frutilla.
La gente hoy comió más caramelos que de costumbre, hoy la gente estaba toda dulce.
En la parada del colectivo llegué segunda en el interminable exordio de esperar, la señora que llegó tercera me preguntó hacia cuánto esperaba. –un rato. La cuarta persona le preguntó a la tercera y la quinta a la cuarta, así hasta el infinito o hasta llegar a donde debíamos, creíamos o queríamos llegar.
2 comentarios:
y las tres historias son un sol! jeje (así dicen las madres!)
no, decía que las tres están buenas, que las tres son frescas y lindas y que combinan con los botones que me sorprendieron cuando abrí el blog y los vi
(aguanten esos botones!)
besos!
Leandro . oyomepongoloco (una revista?)
la primera me mató, asesinato en primer grado. y la tercera, al infinito
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