martes, 14 de octubre de 2008

Sucedido

El rojo morado de las mejillas era más doloroso que el aullido. El sudor no enfría lo suficiente, la garganta.
Ronca, ronquita la voz, del que la despedaza mientras maldice la lengua.

Su lengua es incomprensible y nos sudan los idiomas posibles.

1 comentario:

oyomepongoloco! dijo...

no sé!

lindo! jajajaja



me estoy volviendo un comentador hueco =)


besos!

moscardó

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Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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