Subía por una escalera alta con peldaños de madera de pino; el trepar era fragante; la parte última del muro tenía palabras escritas, anotaciones de un trepador pasado.
Arriba de los ojos, los otros dejaban la voz en versión escrita. Leía. Los perfumes son los acordes, las manos en la baranda dejan que el sonido se estire horizontal.
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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