martes, 27 de enero de 2009

Oraculares

Transparentaban las manos para adivinar los haceres. La opacidad de las caricias era un misterio sagrado e inviolable para todos los consultantes.La poesía mira y reescribe sobre lo que a veces no se ve, no por transparencia o ocultismo sino por pasar de largo en el calicanto.El barrio inventa una sexagesimal interrupción o irrupción de los sucedidos que suceden mientras pasan, mientras se detienen. La ciudad tiene un centro mágico e inspirador, la cañada susurra por las madrugadas.


(continuidad con el Bar Buenavista)

3 comentarios:

ladani dijo...

me gustó mucho mucho eso de que la poesía mira y reescribe sobre lo que a veces no se ve... esa mirada un poquito más detallista, o más intima con el mundo, y las cosas del mundo, y la fragilidad de las cosas del mundo...

saludos muchos, hermosos textos, como siempre

Natalia Molina dijo...

hermoso texto!

sí, hay que escuchar a sigur como vos decís!
gracias por pasar por mi blog y dejar huella para que llegue al tuyo!
salud! saludos!

hasta las pepas dijo...

a veces se saben ver las musas trepando por las ramas de las tipas que buscan el agua, como pajaros verdes. y si no lo vi, me lo contó uno que sabe.
abrazos múltiples, que lindo esto!!!

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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