Transparentaban las manos para adivinar los haceres. La opacidad de las caricias era un misterio sagrado e inviolable para todos los consultantes.La poesía mira y reescribe sobre lo que a veces no se ve, no por transparencia o ocultismo sino por pasar de largo en el calicanto.El barrio inventa una sexagesimal interrupción o irrupción de los sucedidos que suceden mientras pasan, mientras se detienen. La ciudad tiene un centro mágico e inspirador, la cañada susurra por las madrugadas.
(continuidad con el Bar Buenavista)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Datos personales

- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
3 comentarios:
me gustó mucho mucho eso de que la poesía mira y reescribe sobre lo que a veces no se ve... esa mirada un poquito más detallista, o más intima con el mundo, y las cosas del mundo, y la fragilidad de las cosas del mundo...
saludos muchos, hermosos textos, como siempre
hermoso texto!
sí, hay que escuchar a sigur como vos decís!
gracias por pasar por mi blog y dejar huella para que llegue al tuyo!
salud! saludos!
a veces se saben ver las musas trepando por las ramas de las tipas que buscan el agua, como pajaros verdes. y si no lo vi, me lo contó uno que sabe.
abrazos múltiples, que lindo esto!!!
Publicar un comentario