Pura espalda, solo atrás, ese anverso que nos tiene de pie y nos acuesta.
Siempre creí que los sueños eran posibles si uno dejaba la espalda al aire para que pudieran despegarse tranquilos y planear al alba, cuando el sol nos clarea y también nos hace el cuerpo más voluminoso.
sábado, 23 de enero de 2010
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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