Un medio, entremedio, puro pasaje, transición, sin el tiempo que inventa la probabilidad de viaje, sin el tiempo que a capricho sexagesimal escinde y calcula que separa un punto de otro punto.
Sin debajo, ni delante, ni atrás, aquí no existe el patio con su fauna escala cotidiana.
La ausencia del paisaje, es el uno con uno y nada más, es uno a pesar del tiempo y sobre él, es uno en todos los lugares superpuestos, los que eran, los que son, los que no, los tal vez, los que serán. El espacio de la puerta abierta en estado superlativo, latente, la guarda.
Guarda y abraza, eso si lo sabemos.
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