lunes, 22 de febrero de 2010

Sucedidos al 500

Cuando me fui, el perro horrible y casi fantástico de esa vieja esquina había quedado en mi pasado, definitivamente era un hecho cerrado.
En este paisaje nuevo, los animales parecían ser como suelen ser todos los animales, los gatos con dos ojos y una cola y los perros muy comunes, hasta hoy que encontré uno con ojos de alucinado, a decir verdad es my posible que no vea. Los ojos eran casi blancos, pero todos blancos; te mira y pareciera invitarte a una promesa de ceguera pronta, te mira a vos y también a la esquina, así de caprichoso y estético puede ser el estrabismo blanco. Cabe en ese segundo repasar el mundo por las dudas y a vos también por las dudas, para lograr esa fugacidad de saberse ahí, parado, clavado, anclado al prodigio.
Se hace de día en la tormenta, en la perruna postal en blanco y negro.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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