En este paisaje nuevo, los animales parecían ser como suelen ser todos los animales, los gatos con dos ojos y una cola y los perros muy comunes, hasta hoy que encontré uno con ojos de alucinado, a decir verdad es my posible que no vea. Los ojos eran casi blancos, pero todos blancos; te mira y pareciera invitarte a una promesa de ceguera pronta, te mira a vos y también a la esquina, así de caprichoso y estético puede ser el estrabismo blanco. Cabe en ese segundo repasar el mundo por las dudas y a vos también por las dudas, para lograr esa fugacidad de saberse ahí, parado, clavado, anclado al prodigio.
Se hace de día en la tormenta, en la perruna postal en blanco y negro.
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