En alguna de todas las horas voy a querer este lugar, esta habitación-faro. De tanto ver capaz que se sea parte de la extensión, del horizonte prístino.
En alguna de todas las horas se ve lo construido y lo derruido, los verdes perennes y lo cíclico del otoño anaranjado. En algún instante de todo el tiempo los pasillos solo son los tránsitos necesarios para ser habitaciones de una misma estancia. Somos eso, nada más y nada menos que eso, construcciones, puentes y acaso la luz cuando nos toque serlo y también la sombra.
En alguna de todas las horas voy a bajar de aquí, volveré a mi casa y vendré de camino o cuando llueva.
jueves, 24 de marzo de 2011
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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