En un soberano acto de nostalgia hurgué en los cuadernos de la escuela y encontré las casas con sus techos triangulares, con sus chimeneas foráneas. Encontré esas casas que en nada se parecen a la que uno vive, a esa forma vista desde adentro, esa estructura anodina que cubrimos primero de color y luego de memoria, de sensaciones hasta que casi se logra que lata a nuestro mismo pulso.
Recorrer las habitaciones, los dinteles, dejarse seducir por la comparsa de arañas con sus patas lineales, con su dibujo móvil sobre las paredes.
1 comentario:
: ) hermoso, teo. la mirada
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