viernes, 15 de junio de 2012

El sol

En un segundo preciso y definido el sol se acuesta sobre la línea horizontal donde el mundo acaba y te enceguece. Te liquida en el fulgor donde se olvida el pasado y el futuro, en la ceguera solo estas hoy y acá, en el destello cabe el tiempo minúsculo donde reside el milagro, desdoblarte, abrirte, desovillarte y desanudar lo amarrado con demasiada fuerza a la memoria y sentirte los pies en ese fragmento detenido del mundo. Desaparece el después, y pareciera que no existe la palabra y es incorrecta si existiese, en ese estado. Estas habitado solo por el fulgor que nace desde el sol y se abraza con el otro fulgor, espejado desde tu columna. Consumado ese abrazo llega la noche.

2 comentarios:

raúl dijo...

tus minitextos son un placer calmo, un remanso. fantásticos!

-> dijo...

siempre vuelvo a este pedacito, qué bello es

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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