domingo, 15 de junio de 2008

en domingo

Los ojos conjurados en los dibujos que hay encima de la cabeza. Con el hemisferio terrestre salvaguarde mi humanidad de los autos que se venían encima como animales del infierno.
Un perro tan conjurado como yo me siguió muchas cuadras, muy a lo largo de la calle con boulevard. Compartimos nuestra canina fidelidad y cada tanto nos deteníamos en las palmeras para mirarnos a los ojos un ratito.

1 comentario:

maria a secas dijo...

un poema de bocanera dice, "...y las palmeras trabajaban para el viento..." creoque vos tambien lo haces.............

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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