sábado, 21 de junio de 2008

In Memorian (sin numero)

Los lugares desaparecen junto con la anatomía de quien los anda y los había andado demasiado, perdiéndome en huecos redondos y en esquinas ciegas.
Cerrados los ojos tropecé con todos los árboles y ligustros, con los bordes afilados de las camas y todas las mesas ocupadas.
Tapados los oídos, inventé una poética a punta de tenacidad para que un ciclón pasara, inventando una mesa para mí, dedicada a mis proporciones y una sillita de madera con mi nombre.



El ciclón llegó, me tiró lejos y me senté en el suelo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Teo. precioso arrebato.

maria a secas dijo...

todos nos sentamos en el suelo.........

-> dijo...

como caída bajo el cocotero...
(te mandé un mail a teodoradorna@gmail.com, llegó?)
abrazo desplgable

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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