Compró un cospel y un bocadito de bonafide, tomó el colectivo y se arrojó para siempre en Av. Colón casi Tucumán.
Los trámites suelen empezar con acciones más o menos así.
Al nene ese se le despegó la coronita. Preguntaba en voz baja, ¿ese niño es un príncipe?
¿Tenés cospeles? -Tal vez si o tal vez no-.
Un viaje es una posibilidad como cualquier otra cosa.
Dame un alfajor tatin, del chiquito, ese el rojito, del de antes, del de toda la vida, el del jardín y el de primero. La nochecita tenía un terrible gusto a chocolate y galletita.
4 comentarios:
Mi mamá, cuando va al super, me trae un paquete de tatines (algunas veces negros, otras veces blancos).
Esta semana estoy comiendo tatines negros.
Y es como tener cinco años de nuevo. Podría, para completarla un poquito más, entrarle sin asco a las aspirinetas, que eran un vicio!
Gracias por los tatines...
beso!
Leandro . oyomepongoloco!
la nochea veces tiene gusto a cuando ledas a tu amiguito la mitad del alfajor...........................
te abrazo y te quiero
tatines! no los conozco,no tengo el placer. me encanta Teodorina como quedaron los sticks. ¿Cómo se hace para ponerlos en el blog?
Besos
mmm... tatines blanco con leche choco!!!
besos endulzados!
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