Una polaroid en una pecera redonda de vidrio finito.
La vieja Oliva sacaba fotos, era la clarividente del barrio. Espiaba a sus vecinos y les robaba instantes de sus vidas para adivinarles el ir y el porvenir.
La sombra a la derecha auguraba fortuna, a la izquierda desengaño. La luz desde abajo siniestras consecuencias, bien de arriba indicaba que era el mediodía.
Los vecinos se compraron sombrillas chinas para cubrirse de sus certezas.
En la pecera redonda de vidrio finito nadan peces, ahora.
3 comentarios:
astutos, los vecinos...
yo quiero esa pecera de vidrio finito bien finito
Buenas señorita..
Adquiri su metarial en la FLIA y me ha gustado bastante, al igual
que este
sludos auspiciosos!
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