Siempre vas a ser como mi nombre; convertido en verbo y perpetrado en acción.
Serás indefinidamente mi nombre aliterado hasta el infinito y más allá. Una línea lacerante que se inicia en el frente y culmina después de la columna. La espalda partida justo en el centro.
La repetición como el plural que me termina y que me acaba.
Noches insomnes y un salto al vacío. Cada día es así o su duda, o una duda que desnuda y vuelve indigna la belleza.
Indefinidamente mi nombre aliterado hasta el infinito y mas allá de él, de mi.
De mí, en mí.
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