Me dejo una notita debajo de la puerta, el cuerpo, el mío.
Hoy me hubiera rayado toda, con una fibra me hubiera dejado recados en la espalda y unas breves inscripciones en cada mejilla. Hoy tenía ganas de ser un cuaderno para dejarme a un lado de las acciones de las palabras.
Me levantó la remera, me auscultó y el frío del litmann me hacia tiritar, me miró la lengua, pero me adivinó en los ojos lo que en otros lados parecía invisible e inaudible.
Yo no se cual es el limite que divide el infierno de lo que ya no es el infierno. Los círculos se acaban o se abren cuando uno interrumpe o irrumpe en su circularidad.
Cuídate, sino te agarro a patadas en el culo en la plaza al frente de tu casa.
No era yo.
Yo. La mano aletargada igual que el paso desde la cama al living y desde el living al altillo, desde el altillo hasta dormir.
Hasta mañana.
Un beso.
4 comentarios:
ue! te volviste violenta!
besos!
Leandro . oyomepongoloco!
che
es pura lirica
hasta le patadon en el culo
despues vuevle la lirica
saludos!
Aunque casi nunca dejo mis comentarios aca, siempre, siempre, siempre es una fuerza nueva llena de encantos el leerte.
Un abrazo, solido.
feliz diaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Publicar un comentario