Hondo, de este lado y de aquel, no mirar a nadie. Sucumbir a ese permanecer en un punto distante. Una historia seguramente no empieza así, una no historia.
De este lado y de aquel, la tentación de mirarse reflejado en una ventada cualquiera, no importa siquiera que sea la propia. Una ventana cerrada que devuelve como regalo sin cinta una imagen transparente para el que no es transparente.
¿cúal es la hora donde la transparencia desvanece y uno casi se ve?
Mi cabeza ahora se mezcla con el árbol y el cielo violeta de las tormentas.
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
1 comentario:
tus palabras saltan con garrocha sobre la musica de estos temas y la sobrevuelan
lindo, teo
saluidos!
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