El balcón mira al río. Balancearse entre el sonido y la imagen de su trayectoria lineal, y permanecer en el punto panóramico. Miraba el lazo celeste de una memoria haciéndose en ese río después de las lluvias que lo engrosan y dan de beber a los peces.
En el balcón quise saber como eran tus manos, estire la mía horizontal y supe. Llovía, hoy no. La memoria es precipitar aunque esté el sol haciendo brillar las escamas plateadas de los mismos peces.
sábado, 28 de febrero de 2009
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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