sábado, 28 de febrero de 2009

/de madrugada/

En la boca cabía el mundo y alguna isla. La humedad hace difusos los bordes o quizás los defina en lo sinuoso de sus bahías. Es abstracto el placer, la sensación nunca se completa en la palabra sino que la fulmina. La lengua las comienza.

1 comentario:

Sergio Sarachu dijo...

el placer es también un martillo del asombro

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Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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