lunes, 16 de marzo de 2009

" Del lat. oracŭlum.orare, hablar.


I
Estábamos solos mirando ese costado singular, donde la palabra es sustuida por los gestos. Lloraba como intuyo deben llorar los peces cuando quedan ajenos al río, al torrente, a la cañada, al cordón. Era el pez.




II
Frota su costado más brillante contra el muro mordido por los años, por las historias ajenas, por los pasados plurales, solo tierra, arena fina.



III
Nada de nadar, de nadaremos, de nadamos, de nadadores. Nada no es ninguna.



IV
Ninguna es la palabra que inventa las sequías.
Una es la palabra que comienza las lluvias, una gota tras otra, sumar el millón, perder la cuenta, el número de oro. Una escama plateada que ilumina en tornasol igual que el barro del fondo del río.



V
La lluvia se llueve cuando el tiempo se sigue al detenido, al flotante, al extraño, al extrañado.



VI
El olor a madreselva es el augurio anochecido.
Bien de mañana, arribará a la costa con los brazos abiertos.

1 comentario:

luks dijo...

lindos text como siempre.
o en inglish

as always


saludos!

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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