jueves, 23 de julio de 2009

Prodigio I

En güemes.


Entre un paréntesis; el tiempo dejo de ser ese bólido salvaje lanzado hacia delante en línea recta. Redondear y doblar en los bordes, los contornos, las esquinas habituales. Estábamos en el centro de ese círculo recién aparecido.
El tiempo se superpone (como si fuera una veladura) sobre si mismo. Una capa delgada azul añil. La memoria se vive dos veces, como recuerdo nítido y como presente simultáneo.
En el medio del círculo, estamos lo que somos y estábamos como éramos. La primera imagen intacta volvía a suceder inalterable, estábamos sucediendo ahí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

una prueba mas de que el tiempo no es una linea recta !

cacho de guemes dijo...

cacho de guemes no es ningun anonimo !

'-.-' dijo...

:)

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Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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