(heima)
A veces una casa es la resonancia perfecta, paso por debajo de todos los dinteles y me bautizo en este lugar sin estrenar.
Hay un paisaje que brota de los zócalos, una planta pequeña, una panorámica recién estrenada, me levanto con los pájaros y sigo siendo una chica de barrio.
El pan se tuesta e invande fragante la habitación, se oye desde muy lejos un ómnibus y quizás en ese me acerque a la civilización, a esas cuadras donde la gente se vuelve anónima, acá soy una, una con el ambiente, con el espacio, este lugar habla de mi. En la calle y en la numeración algo hay de ese adorno, de esas palabras que conjuran historias posibles.
(El bar buenavista se merece un nuevo post)

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