El adiós de adivinále güemes.
Bienvenida a casa.
(Under An Indian sky, butler)
El barrio, güemes, el agua corriendo belgrano abajo, hacen su última aparición oracular.
El ritual es sencillo, mirar primero como las ramas de las tipas se mueven con estos últimos vientos de agosto, ver las trayectorias de algunas luces que se reflejan desde la cañada.
Tengo cola de cometa, me brilla en esta noche.
El oráculo una vez que ha cumplido su número de palabras precisas, cede para que los hombres anden sus pasos solos a sorpresa y asombro.
El último oráculo es mínimo, la cañada tenía sonrisa de luna llena y los árboles hicieron una danza. Sobre el puente que el consultante ha repetido su paso, hay en las piedras una grulla de papel, la danza la vuela; el viento superada su contingencia de tierra es movimiento puro, ambiente, levitación y viaje.
Bienvenida a casa, tenía escrita en una de sus alas, el ave. Leer antes de desaparecer.
Digo gracias mientras silbo conjurando a la lluvia.
1 comentario:
que belleza. magia adorna los azules y el idioma del agua.
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