Las palabras sabían llegar, incluso las prestadas, esas que venían de la comarca oriental y Yan-Tse
Y abraza la palabra a la lengua y la boca es esa mesita de madera donde nos habremos sentado en todas las vidas y en esta.
Yan-Tse, y la lluvia devuelve ese otro abrazo y la boca se hace silla y me siento como los indios para salvaguarda del salvaje.
Y oigo, oigo largo esas musiquitas que saben convertir en loco, al cuerdo y saben nombrar lo que uno ignora; amanecer en Yan-Tse. Mojarse de mañana y el rocío se hace torrente en todas las vidas y en esta también.
Dejarse llover a raudales, y acompaña en arpegio el diapasón diciendo los callares y haciendo los abrazos.
3 comentarios:
"y sigue lloviendo,
lloviendo sobre el Yan Tse"
siiiiiiii, en realidad más que 1,24 tendría que haber sido, besito a juanele.jiji
Besos
a vos! estás escribiendo tremendo. al final valió la espera
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