Vaciarse de imágenes, vaciarse de sensaciones, un grado cero. Olvidar, olvidar el mundo y olvidarse uno, desconocer.
Morirse en un segundo cualquiera elegido al azar, alumbrarse cuando sea el momento del alumbramiento, dar a luz el sol cuando nos venga la mañana enredada en el pelo.
Alunada y recién alumbrada.
Llego, estoy aquí.
II
El silencio estaba recién nacido y crecía conmigo en las honduras del valle.
La ausencia de ruidos; oír mi propia música.
III
Bienvenir al mundo soplándonos las manos.
Quise de los dedos un diente de león y lo fueron. Un leve vuelo, sin lanzarse hacia adelante, ni balancearse hacia atrás.
Un diente de león, estar donde estaba, estar donde estoy ahora.
Estando desvanecía las despedidas.
Soplándome las manos, diente de león y sabía del viento que hace del otoño la desnudez.
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