domingo, 7 de marzo de 2010

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La ambrosina, la plena incapacidad de traducción. El esplendor, la donosura, la gracia. Eso mismo; la gracia, el aura, el espíritu y la emoción.

Es perfectamente imposible la copia, la aliteración.
Escuche esta misma canción unas dosmillonesymedia de veces y nunca he sido igual a hoy. La gracia por intraducible es también irrepetible, los días por pasr y por venir transforman cualquier silueta, quien sino. Pregunta rétorica si las hubiere, el paisaje nacido de la mano y acompasado en el oído nunca se siente en idéntica vibración.
La música, un amante que crece y se mece a cada noche en cada sombra.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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