Había tenido en aquel momento, una sola certeza prendida de la estela de plata. Me brillaba en los días que pasaban sin que yo supiera que pasaban; unir lo disperso, lo que hay es lo que es y es ahora, somos como estamos; nos cuelgan pequeñas colas de lo que ya pasó y unas lucecitas de lo que podría ser.
Una sola certeza aunque el cometa pase, la certeza sobrevive la estela y dura todas las noches con sus días al dorso.
Lo que hay es lo que es, somos la tormenta mientras llueve y cielo es gris, somos el amanecer cuando el gris se despide de la boca, de los ojos y nos despuntan los naranjas.
El cometa pasa, siempre pasa.
Aparece la primera estrella de la noche y le abro los brazos. Estoy donde estoy y es ahora.
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