Yawny at the apocalypse
Por si jugáramos a la rayuela y quiserámos esa parte del cielo dibujada en tiza violeta, un pequeño paraíso en el suelo, para sentir aquello del vuelo, para darles de comer a los pájaros con nuestros modestos azares. No está de más jugar a la rayuela con maíz.
Te quise y te quiero por el gesto imperceptible, por la sutileza en degradé. No te ví hasta que logré olvidarme lo que ya había visto hasta el cansancio, te vi cuando tiré los maíces y salté hasta ahí, desarmando los años, desperdigando lo cortante y lo transido, te ví cuando tenía en las manos parpadeándome los ojos.
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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