Sin espectáculo, nadie finge su papel, ni se desplaza sobre cartón pintado.
Incinerar los dragones para quemar el miedo que arrastra a la repetición.
Escamas de plata desperdigadas en el campo de las fogatas para no perderse en el reflejo superlativo, en la maltrecha virtud especular del miedo al monstruo milenario.
Un fuego y cambia la edad, no así la luna.
miércoles, 19 de mayo de 2010
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- Teodoradorna
- Córdoba, Argentina
- Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores
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