Los días en su premura se hacen de noche, y transcurren y se pierden y se enceguecen.
Te hallas en el camino de vuelta y ayer pareciera ser una ilusa postal que te regalaron en la calle. La postal del olvido y la memoria, todo mezclado, todo junto, yuxtapuesto, superpuesto, traspasado.
En la foto de tu revés, donde escribís la dedicatoria y tu dirección actual pareciera ser, en un soberano acto de demencia, error de protocolo.
Sabes de donde viniste y donde estas pero es inexplicable el azar que da forma a ese recorrido.
Es purita contingencia encontrarse para perderse o perdido del todo hallar algo.
Te sentas a ver como los días se hacen humo y dejan por cola de cometa una estela casi traslúcida.
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