miércoles, 13 de febrero de 2013

Mudar



Repasar los estantes, los intersticios, hallar fragmentos de historias en papelitos recortados, cartas perdidas.
Plegar el paisaje interior y anotar por que costado sale sol. Caminar este pedacito de mundo diminuto para inventarle una despedida, llena de olor, color y textura. Releer la poesía que se marcó en las paredes y los dinteles de las puertas. Acariciar las ventanas por donde se hizo de días todos los días, por donde aspiras el aire a bocanadas los días normales y los meditabundos, los días donde apoyas la nariz en el vidrio para ver y sentir llover. Abrazar los rincones donde te sentas a dibujar lo que el mundo ofrece o a ver con las manos lo que tu cabeza se resiste.
La casa es una piel, mudar es cambiar la piel dorada por el mismo sol.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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