domingo, 8 de septiembre de 2013

El ritual de las palabras

Si las palabras respiran, exudan, tocan; se merecen un ritual que las haga nacer, morir y renacer, un ritual para agradecer que sigan ahí, que se paseen por la lengua y se larguen de cabeza en un océano infinito queriendo decir algo y haciéndose parte de la ola.
Inventar el ritual, armar paquetes del color del mar para guardar palabras sagradas y que ahí dentro puedan decir lo que realmente nombran. Armar otros paquetes de papel oscuro para los sentidos cambiados y las palabras rotas. Un último envoltorio anaranjado para guardar las palabras que perdonan, las que salvan, las que alumbran.



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Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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