lunes, 21 de septiembre de 2009

Coleman Hawkins

Interrumpir las historias, con lo abstracto de la sonoridad, con la más pura de las sensaciones posibles, ese estado abierto, ese estado de nacerse puente. De olvidarse y al mismo tiempo recordarse.
Me alumbre de sentir, a boca abierta, a boca llena, las palabras me recorrían por la espalda, vértebra por vértebra, la arista tierna del goce, el placer y un resto de alquimia de nigromante.
Languidecer en esa casi muerte, en casi vida y todo lo demás.
Había soñado eso es cierto y es también milagro, yo no sueño solo soy durmiente de noches consecutivas, estaba ahí abrazada a esa espalda de palabras conjuradas, era el paréntesis que suspende la comprensión. Entremedio decía lo que no digo, ese silencio que la música le da espesor, cuerpo y textura. Nacía puente y caminaba sobre mi, llegaba del otro lado sin nada más que la piel por vestido y las historias por cinta que me ata el pelo y me despeja la cara.

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

Archivo del blog