miércoles, 14 de octubre de 2009

1.12

No tenía miedo, nunca lo tuve.
Saberse en el cuerpo y más allá. Ese monte escarpado y mi cordillerita longitudinal, mi longitud, mi cortedad.
Esa sutil panóramica que siempre me hizo querer hormigas.
La proporcionalidad del cuerpo en la distancia y en el cercanía.
Al lado de la madreselva siempre era una mujer pequeña.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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