Había soñado con la silla y el instrumento. En algún punto, de esos que en la sucesión infinita hacen la línea, me hice de aire y ocupe el alma hueca de lo que produce el sonido y allá más lejos la música.
Algo más se ablandó en mi en esa metamorfosis sonante.
La herida eso grave amplificado y en mis brazos lo delgado del recuerdo que en plena ondulación, escala escaleras arriba, sin descanso, meciéndome sobre una rodilla extraña. Adormecer la voz y ser solo el cuerpo latente, exceder la caja, la madera, y el propio pasado de árbol.
1 comentario:
esto es tremendo, la imagen del sonido vibrando a traves, el arbol.hermoso.
Publicar un comentario