Ayer era un nudito naranja, hoy viola, carmín.
Una sanguínea tormenta.
El viento me habría la ventana, un nudito naranja, se desata es la nube que espera su lluvia. Espero dejándome llevar por el vendabal crecido de mi muñeca, al nudo le sigue el lazo, al lazo el ovillo.
En retrospectiva, la lluvia se superpone a si misma.
Las cintas se pegan al cuerpo, igual que el vestido azul.
Me desnudo, estoy aquí.

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