Ocupé toda la cama, como si fuera un gigante. La almohada se hundía por el peso de mis sueños a medio dormir.
La imagen del paisaje sometida a su propia gravedad, un bosque desde mi oreja derecha, de la boca crecía la sierra y sobre la teta una casita.
Una caricia sobre el pelo es motivo del viento.
Se hace de noche y ya es mañana.

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