domingo, 4 de abril de 2010

Hormigas

Había vuelto y me esperaba el incienso fragante, en mi ausencia las hormigas que se habían salvado del envío postal jugaban a las celebraciones, picaban incienso y el sol lo encendía, caminaban en ronda por donde crecen los cactus. Creían y andaban, el cactus con sus espinas de plata se erguía solemne. Yo miraba asombrada ese milagro tan diminuto y tan real como ellas.

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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