miércoles, 19 de mayo de 2010

Measuring cups

Una ceremonia del té, irrumpir en el asa y darse al beber.
La teterita negra con puntos de color y una flor de oro. Ingenua de mi, que de niñita creía que a la tetera la habían fabricado de noche y los puntos de color eran por si se les cortaba la luz, pudieran verla quienes la habían hecho, también solía pensar de a ratos, que el humito del vapor, era también la bruma, que suelen tener algunas nochecitas.
Cuando quería que se hiciera de día mientras tomaba el té, pedía las teteritas blancas, mi preferida era una bien barrigona que tenía las flores del color del sol, y así a la vieja día tras día le hacía desempolvar las teteras para mis modestas ceremonias, mi argumento era siempre el mismo, no me gusta verlas guardadas, ¿qué es una tetera sin el té?
Las cinco de la tarde jugaba a creer, creía y bebía, los días de mucho creer, me tomaba dos tazas, quizás tres

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Córdoba, Argentina
Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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