viernes, 28 de enero de 2011

Gong (18)

Ver demasiado y tan de golpe, quería cerrar los ojos y olvidar pero después de ver y de sentir uno completa de memoria lo que falta. Aquí en este paronamio, ayer quise jugar a algún juego que tuviera por premisa la ceguera obligatoria, solo deseaba jugar a embrutecer el sentido o acaso reeducarlo, tener esa otra experiencia del espacio y uno mismo; perder la orientación y reinventarla.
En esta puta habitación redonda donde se puede ver demasiado y tan de golpe, se tiene un tiempo que excede al cotidiano y no hay modo de torcerlo o quitarle a mordiscones algunas horas.
Ver conlleva un tiempo. Orientarse deprivándose un sentido insume algunas noches. Reinventar la intuición, algunos mediodías con sus soles en lo preciso y lo precioso del cénit.

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Del blanco, al blanco tenue, al blanco tiza y al alba. Después los colores

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